Tras la Guerra Civil (5)
La situación de España al finalizar la guerra era muy difícil. Con cientos de miles de muertos, exiliados y heridos/mutilados, una infraestructura seriamente dañada, campos de cultivo arrasados y recursos minerales menguados.
Además del pago que había que realizar a Italia y Alemania por el armamento mandado (700 millones de dólares de la época) y del envío de la mayor parte de las reservas de oro del país a Moscú y París. La mayoría de la población pasó hambre durante esta primera etapa del franquismo.
Este primer franquismo, una vez finalizada la II Guerra Mundial, se quedó sin apenas aliados en el mundo una vez que fueron derrotados la Alemania nazi y la Italia fascista.
Antes de esa derrota, España tuvo un papel relevante en la II Guerra Mundial, a pesar de que oficialmente se quiso posicionar como "no beligerante". En realidad, España mandó en 1941 a 45 000 soldados voluntarios para luchar junto al ejército Nazi en el frente soviético en la llamada División Azul.
Su desempeño no fue demasiado exitoso y los soviéticos resistieron, causando casi 5000 muertos y 9000 heridos entre las tropas españolas. Cuando Franco vio que Alemania no iba a ganar la guerra, retiró a sus tropas en 1943 a instancias de los aliados (Reino Unido, Estados Unidos, Francia y Unión Soviética).
La idea inicial de Hitler era que España entrara en la II Guerra Mundial. Para ello, Hitler se desplazó en octubre de 1940 a Hendaya para reunirse con Franco. A pesar del agotamiento de los soldados españoles tras la Guerra Civil, la entrada de España en la guerra estuvo sobre la mesa.
Para esta entrada se solicitó que, después de que los nazis ganaran, España obtendría los siguientes territorios: Gibraltar (británico), Marruecos, Guinea y Orán (África francesa) y el Rosellón (parte de Francia). Finalmente, la entrada en la guerra no se produjo: se cree que Hitler no pensaba que la ayuda española fuera necesaria y que Franco creía que Alemania no ganaría la guerra.
Durante décadas, el resto de países europeos se negaron a comerciar y colaborar con el régimen de Franco. Esto provocó una continua crisis económica que se denominó "autarquía". El hambre y la miseria fueron habituales en el país hasta el año 1959.
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